Por Luis Godofredo Pichardo/
Editor de la revista Ventana Católica
Emotiva presencia de su Santidad el papa
Francisco en audiencia tv
El papa Francisco un santo deportista |
La imagen que recorrió el mundo presentando
al papa Francisco como hincha del conjunto argentino de fútbol es una de las
imágenes que regocijan la mente del ser humano y muestra de lleno la humildad
que representa y distingue al obispo Jorge Mario Bergoglio, el primer papa
latinoamericano, que por su actuación, conducción y patrón de conducta podemos
adivinar que el Padre Celestial le reservará un lugar adecuado entre los santos
varones.
Junto al también papa retirado Benedicto XVI,
se le vio el entusiasmo y el interés por el partido que disputaron Argentina y
Holanda, y en el que salió victoriosa la patria del Sumo Pontífice.
Al observar la alegría y satisfacción de los
dignos y venerados prelados pensamos que hasta Dios estaba presenciando ese partido y protegía a sus embajadores terrenos... Lo mismo
ocurrió en la final del mundial, las caricaturas que circularon en las redes
sociales de los papas Benedicto XVI y Francisco, demostraban la alegría de los purpurados y la simpatía con que les
siguen los internautas alrededor del mundo.
El árbitro y el penal que penalizó a la escuadra argentina |
Pero ya pudimos apreciar lo que ocurrió, un
partido con pocos goles y el único que se produjo fue por un penal innecesario,
innecesario, porque parece que el árbitro se inclinó del lado de los alemanes,
o quizás no pudo detectar a tiempo el movimiento que se produjo entre los
atletas cuando trataban de dominar el balón.
De toda manera, el deporte y el mundo deben
felicitarse mutuamente, porque la velada que duró cuatro semanas deleitó a la
humanidad y concentró la atención en Brasil.
Es decir, que el fútbol estuvo de fiesta y en
grande. Aunque se produjeron algunos destrozos entre comercios y automóviles, y
algunas protestas callejeras, Brasil se portó a la altura de una nación madura
y en crecimiento asombroso.
Exio Mauro, director del diario La República de Italia, tribuye entrevista al papa Francisco |
Desde un tiempo hasta el presente se conoce
públicamente el daño que ha hecho a la Iglesia Católica la práctica de la
pederastia de algunos de sus sacerdotes. Y lo peor de todo es que no ha podido
detenerse la estampida de católicos que se han estado ubicando en otras
corrientes religiosas.
Aunque se habla de que hay un negocio grande
y redondo en el manejo de los centenares de sectas que pululan por el mundo, especialmente,
en el tercer mundo, donde la ignorancia obliga a creer cualquier mensaje
profético, aunque éste proceda de cualquier vagabundo o explotador.
Se le atribuye al papa Francisco haber
afirmado que un 2% de los sacerdotes practica la pederastia y que en esa cáfila
de malos servidores de Dios hay prelados del nivel de obispos y cardenales.
Aunque no soy especialista en asuntos
eclesiásticos y menos en abusos sexuales, creo que el un 2% es un número
elevado. De toda manera, hay que aplaudir y apoyar al papa Francisco, quien ha
dicho que enfrentará esa lepra dentro de la Iglesia.
Es tiempo de que se les dé una respuesta
contundente a los violadores de menores y que esa práctica abusiva no quede impune. Otra cosa que hay que aclarar, es que
los millones y millones de dólares que ha pagado la Iglesia en sus distintas
diócesis afectadas, quienes la pagamos en definitiva, somos los feligreses de
la Iglesia.
Que quede claro, que la riqueza inmensa o
moderada con que cuenta la Iglesia Católica alrededor del mundo, es un
patrimonio de la feligresía, porque los aportes, voluntarios e involuntarios
eran patrimonio de particulares, y en donaciones espontáneas, saqueos de
guerra, y botines dinásticos, la riqueza eclesiástica se multiplicó a través de
los siglos.
Debemos apoyar moralmente a nuestro obispo
pontificio Jorge Mario Bergoglio, porque ha sido el único papa en el último
milenio que se ha atrevido a desafiar el poder soterrado y enquistado en las
estructuras del Vaticano, pero sobre todo, a denunciar males como la
malversación de fondos, la desastrosa administración del Banco Vaticano y
enfrentar con hombría esa mancha que hoy cubre nuestra Iglesia con los abusos
sexuales y otros males de latrocinio. @
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