Editorial
de RCNM elogia reforma de la Iglesia Católica
La Reforma integral que
plantea el nuevo papa Francisco a la Iglesia católica universal es
necesaria, y urgente, necesita de la solidaridad del clero católico
alrededor del mundo, al igual que del apoyo masivo de la comunidad laica, es
decir, de toda la feligresía del catolicismo.
Los ocho Cardenales junto al papa Francisco , encargado de planificar y ejecutar la Reforma a la Iglesia Católica |
Roma es la sede principal del catolicismo
desde que se fundó como religión, desde los tiempos en que Jesucristo la confió
al apóstol Pedro, de quien sentenció que la erigía sobre una roca y que jamás
sería destruida.
Pedro fue el primer papa y desde entonces no
se tienen registros de que haya un dirigente espiritual con su misma
responsabilidad y capacidad de liderazgo que lo haya superado.
Francisco, el primer papa latinoamericano
parece que es el único que emula a Pedro
como piedra angular de la Iglesia. Muchas reformas se han hecho en el
catolicismo y profundos cambios en los Concilios Ecuménicos, tanto en la antigüedad como en los tiempos
modernos, pero ningunos logró la reconciliación total de la familia católica
universal y mucho menos de la jerarquía eclesiástica.
En la Iglesia católica siempre se han
registrados grandes divisiones, siendo una de la más contundentes la que
dirigió Martín Lutero desde Alemania,
esa dividió a los católicos en varios bandos, yendo una considerable porción al
protestantismo, una corriente religiosa que Lutero se encargo de orquestar y organizar
y que aún perduras a través de los
tiempos.
La reforma que demanda la Iglesia de hoy es
quizás más profunda que la de la época de Lutero, hoy hay más perversos,
ladrones y abusadores que se cobijan en el alero de la Iglesia católica, que en aquellos tiempos.
El principal obstáculo que van a encontrar
los reformadores de la Iglesia de hoy es
la dualidad de funciones de algunos
jerarcas eclesiásticos y el abusivo poder sin control que ejercen los
principales dirigentes de la Iglesia en el Vaticano.
Se percibe desde afuera como si hubiesen dos
gobiernos distintos, aunque hay que reconocer que en los nueve meses de
gobernabilidad del papa Francisco se observa una mayor disciplina y los
conservadores de ultra derecha que los hay en gran cantidad, presagian que se
avecinan tiempos difíciles y que tendrán
que dar paso a nuevos funcionarios gubernamentales en el estado Vaticano y en
el resto de la estructura de la Iglesia católica universal.
Cardenales, arzobispos, obispos, sacerdotes y
otros religiosos con poder de mando y vocación de abusivos saben que la reforma
es un hecho y más le valdría renunciar ahora y pedir perdón por sus fechorías y
actos delincuenciales que tener que enfrentar el escarnio público y la
indignidad de tenerse que presentar en los tribunales a enfrentar los cargos
que les serán imputados.
Iglesias
católicas de naciones ricas, como
Estados Unidos, Europa, el Asia y el
Medio Oriente, han perdido fortunas a nivel público y en privado pagando
compensaciones por abusos de pedófilos que han sido protegidos por sus
superiores inmediatos
De igual manera se ha denunciado el despilfarro
del antiguo Banco Ambrosiano, que ahora opera como una entidad financiera
corporativa y que fue desfalcado en el pasado reciente por funcionarios del
Vaticano que estaban a cargo de las finanzas de la Iglesia Católica.
Aparte de la corrección de esos entuertos
mencionados hay eliminar de sus cargos a los purpurados que cumplieron 75 años
en el ejercicio de su profesión o ejercicio espiritual y darles pasos a los
nuevos pastores y evangelizadores que asimilan y entienden que estamos en pleno
siglo XXI y que no basta con una oración distante y solitaria, hay que ir a las
calles como dice Francisco, y compartir las necesidades de los pobres, no
estimulándolos hacia la indigencia, sino ayudándolos en la conversión de una
productividad rentable y estable para el sustento propio y de su familia.
¡Adelante papa Francisco el mundo le apoya y
los católicos genuinos les respaldamos ciento por ciento. La conquista de esta
reforma no es una victoria del Santo Padre, sino una victoria de Cristo a favor
de su pueblo que le amas. !@
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