Por LGP / Editor de la
revista católica Nuevo Mundo y PNS Noticias Blogspot
Encuesta revela baja número de hispano en la IC en
USA. Una reciente encuesta de las
tantas que aparecen periódicamente en Estados Unidos de Norteamérica informa que
el número de católicos bajó drásticamente en las Diócesis estadounidenses.
Es una noticia alarmante para el catolicismo
que necesita renovarse. Anteriormente se había difundido que la baja en el
viejo continente era muy alta. De la misma forma otro estudio o sondeo en
América Latina dio cuenta recientemente de que el catolicismo había descendido
en un 20% aproximadamente, y sólo en México se notó cierta mejoría en los
últimos 24 meses.
Cierto o inciertos estos datos mueven a la
preocupación y a la reflexión, porque la Iglesia Católica de hoy muestra un dinamismo diferente, es cierto, que
hay que tomar muy en cuenta, que la fe aumentó considerablemente a
través del mundo luego de juramentarse como papa, Francisco, un renovador
religioso de nacionalidad argentina que llegó en el momento oportuno al
Vaticano y que se propone realizar quizá la reforma más atrevida y profunda de
los últimos siglos.
Las iniciativas son tan
espontáneas en el nuevo Pontífice que los católicos están aferrados a que habrá
un cambio profundo dentro de la arcaica estructura eclesial. Francisco no se
anda con rodeo y ha dicho claramente que la Iglesia tiene problemas de forma y
de fondo y ha pedido a sus subordinados que salgan a evangelizar a la calle,
que no se queden en el púlpito elucubrando o esperando milagros, Dios quiere
que su Iglesia trabaje profundamente activamente por los pobres y para erradicar la pobreza.
La única forma de hacerlo es educando a la
feligresía y a la presente generación, no sólo en la enseñanza católica cristiana,
sino también en lo cultural, en lo cívico y lo moral. Además de inculcarle una
formación profesional acorde con los nuevos tiempos que le permita a la
juventud poder enfrentar a la sociedad consumista que nos gastamos en el siglo
XXI.
¿Cómo enfrenta el Vaticano en la actualidad
la epidemia de pederastia que se desató desde hace un buen tiempo en el seno de
la IC?
Me parece que en esta oportunidad se está
tomando muy en serio los abusos cometidos por miembros del clero católico en
diversos países del mundo. El papa Francisco ha dicho que la Iglesia reconoce
las faltas cometidas contra los niños por miembros de la Iglesia que para
satisfacer sus apetitos sexuales han violado a decenas de niños y jóvenes a
través de diversos países.
Hace falta
una instancia judicial. Pero el
problema se plantea dentro de la
Iglesia cuando el Vaticano admite que no cuenta con tribunales competentes que
permita enjuiciar y castigar ejemplarmente a sus subordinados. Lo recomendable
sería que el Vaticano y el papa Francisco les exoneraran de la inmunidad y
tradujeran a los pedófilos a la justicia ordinaria. Esto podría ser bajo las
leyes de Italia, o bajo las leyes del país afectado por esa nefasta práctica.
El Vaticano dijo recientemente que en los
últimos veinte años han enjuiciado y castigado a 850 pedófilos, pero no habló
de nombres ni de posiciones jerárquicas y dejar impune la conducta de los de
arriba sienta un mal precedente y le quita
responsabilidad a los de abajo. No se hace nada con aplicar un castigo moral a
un sacerdote, porque la Iglesia católica cuenta con una jerarquía muy similar a
la de un ejército, y en su caso son muchos los oficiales de alto rango que han
sido descubiertos en la práctica de la pedofilia.
Pero hay esperanza de un cambio, al menos,
los pedófilos saben que los están vigilando desde dentro de la curia y desde el
balcón de la opinión pública mundial, si su organización no actúa correctamente
para traducirles a los tribunales ordinarios, por lo menos quedarán al descubierto
y deshonrados.
El Cardenal dominicano, Nicolás de Jesús López Rodríguez, mantiene una campaña nacionalista que proclama que ningún gobierno extranjero tiene que entrometerse en los asuntos internos, en sus pronunciamientos se percibe odio racial y una postura anti-haitiana. |
Como católico militante y creyente sé que le
debo obediencia y respeto a investidura de nuestro purpurado, pero en el
pensamiento político, social y humanitario estamos totalmente divorciados.
Como humano y como católico también, no puedo compartir los desaciertos de nuestro
Cardenal, sin que nadie se lo pida el Cardenal López Rodríguez se abanderó de
una campaña racista y antihumana que el la revista Proceso de México calificó
de “Apartheid en El Caribe”, y otros prestigiosos medios informativos
internacionales se han ocupado de la exclusión de más de 200 mil ciudadanos
dominicanos que han sido despojado de su nacionalidad.
El Cardenal dominicano en ningún momento ha
evadido su adhesión a la campaña racista anti-haitiana que dirigen las mentes
más cavernarias y retrógradas con que cuenta la República Dominicana.
El representante de la Iglesia católica
dominicana sostiene que somos “libres, independientes y soberanos” y que esa
condición no es negociable, pero esta postura es guerrerita y no tiene nada que
ver con el despojo que hizo el Tribunal Constitucional en su sentencia 168-13.
No se trata de un problema binacional que
enfrenta a las naciones vecinas y fronterizas de Haití y la República
Dominicana, la sentencia que defiende el Cardenal López Rodríguez, a quien
afecta es a los dominicanos y
dominicanas nacidos y nacidas en territorio dominicano, la propia Constitución
así lo establece, al menos hasta el 2010 y lo que reclaman los dominicanos con
sentido común, es que no se les despoje
de un derecho adquirido por haber nacido en territorio dominicano.
El Cardenal ha dicho que él seguirá defendiendo su posición antirracista y antihumana aunque sea el sólo
abrazando la bandera de la división, a la que llama “patriotismo y soberanía”,
yo me limito a pensar: “Que cada loco defienda su propia creencia”, aunque de la que hablamos es
absurda y ridícula por demás.@
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